domingo, 10 de septiembre de 2017

Nueva Ángeles

Título: Nueva Ángeles
Año: 2016
Autor: James Kniffen
Diseño gráfico: Henning Ludvigsen
Editor: Fantasy Flight Games
Duración aprox.: 3-4 horas
Jugadores: 4-6
Dificultad: 2/5
Dependencia del idioma: Edición en castellano de Edge Entertainment

Juego ambientado en el universo distópico-futurista en el que transcurren otros populares títulos de la casa como Android, Netrunner o Infiltration. Está concebido para un mínimo de 4 jugadores, aunque en realidad se le saca más partido con 5 o 6. Esto, de primeras, puede ser una traba para algunos grupos de ludómanos menos populosos. Los jugadores representan a megacorporaciones que se reparten el pastel de la ciudad que da título al juego, y que no andan por ello muy interesadas en que el gobierno del país meta las narices en sus asuntos.

Volvemos al universo de Android y Netrunner

Como muchos otros productos de Fantasy Flight, Nueva Ángeles utiliza principalmente cartas, aunque tenemos un tablero de gran tamaño con las localizaciones de la ciudad, en las que se sitúan fichas y figuras. Al comienzo del juego se reparte una carta de misión secreta a cada jugador. Esta carta nos dirá a qué rival deberemos de superar en créditos para ganar la partida o, si nos sale la carta de nuestra propia facción, a cuántos jugadores deberemos superar en dinero (2 o 3, dependiendo de los participantes totales) o incluso podremos recibir la carta del Federalista, que ganará si todos los demás pierden y él ha acumulado al menos 25 créditos. Esto quiere decir que, en Nueva Ángeles, puede darse el caso de que haya varios ganadores, e incluso de que todos pierdan, puesto que hay un marcador de amenaza que condiciona enormemente el final de la partida. Si este llega a 25, todos los jugadores pierden en el acto salvo el Federalista, si es que ha alcanzado los 25 créditos.

El juego puede durar hasta 3 pares de turnos, al final de cada uno de los cuales los jugadores deberán haber producido una serie de recursos que dictará una carta de demanda al azar. Si no lo consiguen, el marcador de amenaza aumentará enormemente; además, también podrá aumentar por otros sucesos durante los turnos.  Las megacorporaciones de la ciudad deben pues cooperar hasta cierto punto, sin descuidar su objetivo secreto, mientras que el Federalista deberá intentar arruinar los planes de los demás intentando no delatarse.

Los jugadores deben intentar cubrir la demanda de recursos cada 2 turnos

Durante los turnos, los jugadores hacen propuestas e intentan convencer a los demás para que les apoyen, lo cual se hace mediante cartas de acción, elemento básico del juego. El objetivo de estas cartas es normalmente intentar solventar los problemas de la ciudad, y las hay de varios tipos, cada una influyendo en uno o más de los efectos del juego: curar enfermedades, mover las figuras, mitigar las huelgas y revueltas, etc, etc. Claro está, en última instancia, lo que nos interesa es ganar dinero y avanzar hacia nuestro objetivo, para lo cual se puede incluso intentar sobornar a otros jugadores. Además, cada facción tiene un beneficio particular en determinado ámbito, por ejemplo colocando o eliminando ciertas figuras o resolviendo determinadas situaciones.

Ofertas y contraofertas para ganar la carta de Apoyo y avanzar en nuestro objetivo

Al final de cada ronda se producen recursos en los distritos que tienen fichas de androide y se revela un evento que podrá afectar al medidor de amenaza. Cada 2 rondas (que tienen de 3 a 5 turnos cada una), se pasa por una fase de Demanda. Si los jugadores no han logrado producir los recursos necesarios, la amenaza subirá drásticamente, e incluso podrá acabar la partida si ésta llega a 25. En esta fase, los jugadores también podrán ganar créditos en base a una carta  de inversión secreta que se recibe también cada dos rondas.

Cartas de acción, el elemento principal de Nueva Ángeles

Nueva Ángeles es un juego que no logra atraparme ni por su ambientación ni por su presentación, y sus mecánicas me parecen ya un tanto manidas y recurridas por parte de su fabricante. Sin ir más lejos, el juego se parece muchísimo a Battlestar Galactica, que para mí es superior (con la diferencia de que, en el más nuevo, el “malo” lo tiene bastante complicado si se revela, todo lo contrario que le ocurría al jugador cylon en el otro). El predominio y uso de tanta carta en las partidas me llega a cansar en algunos momentos, más aún teniendo en cuenta el reducido tamaño de éstas y la cada vez peor vista que tiene uno, ya veterano de los juegos de tablero desde hace décadas y, por lo tanto, con más edad de la que le gustaría admitir. Con un mayor protagonismo de fichas, figuras o dados, habría logrado interesarme más, pero precisamente la carta es el elemento que menos me llama en los juegos de mesa. La acepto cuando es un complemento o una presencia secundaria, pero tiende a desanimarme cuando las mecánicas del juego se centran en ella. Sobra decir que los building card games no son precisamente mi modalidad favorita. En resumen, este nuevo producto de FFG no es malo y entretiene, pero no aporta nada novedoso ni diferente que logre captarme, por lo que probablemente no dure mucho en mi colección. 

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