viernes, 18 de septiembre de 2015

Forbidden Stars

Nacido de la ya larga y fructífera relación entre Fantasy Flight y Games Workshop (que ha dado frutos como Caos en el Viejo Mundo, La herejía de Horus o La furia de Drácula) aparece este año Forbidden Stars, que se ambienta en el popular universo de Warhammer 40.000. Firman su diseño Samuel Bailey, James Kniffen y, cómo no, Corey Konieczkay. En él, hasta cuatro jugadores se enfrentan en las galaxias para apoderarse de una serie de objetivos. Las facciones que pueden llevar serán los Marines Espaciales, los Orkos, los Eldar y los Marines del Caos.

El mapa de Forbidden Stars lo conforman una serie de grandes losetas cuadradas (de 6 a 12, dependiendo del número de participantes), a su vez divididas cada una en cuatro casillas que pueden contener planetas y mundos artificiales o solamente el vacío del espacio.

Despliegue inicial para 4 jugadores

Cada bando dispone de toda una serie de unidades que van desde las simples tropas de a pie hasta inmensas naves estelares, algunas de las cuales ya tendrá desplegadas de salida en su mundo natal y en algunos otros sistemas. Estos ejércitos se presentan en el juego en forma de flamantes miniaturas de plástico, al igual que las estructuras (edificios).

Cada jugador dispone de una lámina con las características de sus unidades
La mecánica de nuestro juego es bien sencilla, al menos de resumir: tendremos una serie de órdenes (cuatro duplicadas) y podremos escoger y utilizar la mitad de ellas en cada turno. Alternativamente, iremos colocando una en el hexágono central de las losetas a las que tengamos acceso y en los cuales queramos hacer efectiva la orden. Las cuatro órdenes nos permiten obtener recursos de los planetas, comprar nuevas unidades y estructuras, mejorar nuestras capacidad de mando y nuestro mazo de combate y, por supuesto, mover y atacar a nuestros oponentes, que es básicamente el objetivo principal de la partida, pues solamente mediante la expansión y la conquista podremos llegar hasta nuestros objetivos: una serie de fichitas repartidas por todo el tablero de las cuales tendremos que obtener tantas como jugadores haya en la partida para ganar; o, si no se consiguen todas estas antes del final del turno 10, al menos tener más de ellas que nuestros contrincantes.

El orden en que colocamos las fichas es importantísimo pues, si lo hacemos muy pronto, otros jugadores podrán colocar las suyas sobre ellas, y sólo podremos usar una ficha si está la primera (más arriba) de todas las situadas en una loseta. Además, también tendremos que tener en cuenta que, por ejemplo, si nos interesa obtener recursos para construir naves, tendremos que utilizar las órdenes para cada una de estas dos cosas secuencialmente. Por ello, es esencial una buena planificación en esta que es la primera fase de cada turno.

Las fichas de órdenes se colocan ocultas en la casilla central de las losetas

Lo siguiente será ir implementando, alternativamente, una de nuestras órdenes hasta que todos los jugadores hayan utilizado las cuatro de las que disponen por turno. En algunos casos, como se ha indicado en el anterior párrafo, es posible que una orden nuestra quede bajo una o varias de los contrincantes, y que tengamos que esperar y pasar nuestro turno hasta que ésta quede descubierta (es decir, los demás jugadores hayan jugado las suyas que tapaban la nuestra).

Los planetas disponen de una serie de efectivos o recursos que básicamente nos ayudan a abaratar el coste de nuestras unidades y estructuras. Para lo primero, utilizaremos la orden de Dominar; para lo segundo, será cosa de la Desplegar. Básicamente podemos construir unidades en planetas propios o libres de la loseta en la que pongamos la orden (que tiene que tener una de nuestras fábricas), y ganaremos recursos y efectivos de planetas que tengamos controlados. La orden Dominar también nos permite usar la habilidad particular de nuestra Facción, normalmente construir o mejorar tropas. Las unidades y estructuras se pagan con un valor llamado Material Militar, cuya cantidad regulamos con una rueda contador que se suministra a cada bando.

Izq. fichas comunes; der: fichas del jugador Marine Espacial
La orden de Planificación Estratégica nos permite comprar mejoras para nuestro mazo de mando y también mejorar nuestras fichas de orden y hacerlas más versátiles. Estas cartas se pagan también con Material Militar de la mencionada rueda. Además, es necesario para acceder a algunas más poderosas (se da el mismo caso con las unidades militares) haber alcanzado un cierto nivel tecnológico, lo que va en función de las Ciudades que hemos construido.

El mazo de combate está compuesto de cinco parejas iguales de cartas que podemos ir reemplazando a medida que adquirimos mejores opciones, pero siempre a razón de dos por dos; es decir: todas las cartas del mazo están siempre duplicadas, por lo que en realidad tenemos cinco cartas posibles, repetidas.

Finalmente, tenemos la orden de Avance, que nos permite mover y combatir. Lo primero es bastante sencillo; lo segundo, algo más largo de explicar: las unidades mueven dentro de la loseta que tiene la orden o pueden mover desde una loseta adyacente a dicha orden (pero no es posible combinar el movimiento de unidades desde varias losetas a la loseta de destino). Las unidades terrestres pueden mover de una casilla de planeta a otra adyacente, pero sólo pueden atravesar una casilla de espacio si hay en ella al menos una de las naves de su facción. Las naves siempre mueven de una casilla de espacio a otra, aunque no estén adyacentes.

Cartas de orden, de evento y de combate del jugador Orko
En el combate entran en juego dados, cartas y fichas. Es muy completo, divertido y emocionante, y es para mí lo que salva a Forbidden Stars de ser un juego repetitivo o monótono. Cada unidad tiene un valor de ataque (dados que tira), uno de defensa, y otro de moral. Lo primero que hacemos es tirar los dados correspondientes a nuestras unidades implicadas en la batalla y conservar sus resultados. Estos pueden ser igualmente de ataque, de defensa o de moral. Después cogemos al azar 5 de nuestras 10 cartas de combate. Finalmente, decidimos si queremos añadir fichas de refuerzos, que habremos conseguido previamente en los planetas y que equivalen a una unidad básica de nuestro ejército (terrestre o espacial, según sea el combate). A partir de ahí, cada jugador usa una de las cartas de su mano y aplica sus efectos; después lo hace el otro (aunque el combate es simultáneo). Se comparan ataques totales de un jugador contra las defensas del otro y se aplica el daño, pudiendo desbandarse unidades si reciben menos daño del que aguantan o, si es lo contrario, destruirse completamente. El combate puede constar de hasta tres rondas, salvo que antes uno de los bandos haya acabado con todas las unidades de su adversario. Al final de la tercera ronda, es la moral de dados, cartas y unidades lo que decide al vencedor.

Lo último que se hace al acabar un turno es sacar cartas de evento (aquellos jugadores que tengan opción a ellas) y mover las Tormentas de Disformidad, marcadores con forma de barrita delgada que impiden el movimiento entre dos losetas.

Dados y algunas de las miniaturas del juego
Respecto a la reflexión o valoración final, decir sobre Forbidden Stars que, primeramente, y como todos los juegos de la empresa que lo ha producido, tiene una presentación excelente y componentes de gran calidad. Eso es habitual en FFG y es la “parte fácil” de un juego. En cuanto a mecánicas, jugabilidad y diversión, Forbidden Stars puede pecar de no tener demasiada originalidad, ya que encontramos elementos y reglas que recuerdan a muchos otros juegos de la casa como Starcraft, Runewars, Caos en el Viejo Mundo, Juego de Tronos y tantos otros. Esto es para mí una espada de doble filo pues, igual que pueda echar para atrás a algunos jugadores que puedan estar cansados de tanto dejà vu lúdico, es posible que, por el contrario, precisamente haya otras personas a las que les guste ese tipo de mecánicas (probadamente eficaces) y estén cómodas y familiarizadas con ellas y por ello no le pongan ninguna pega al juego reseñado. Así que, sólo tienes que elegir en qué lado te posicionas… O quizá también te puedas quedar en medio. En lo que a mí respecta, repetir lo que ya he dicho: sin llegar a fascinarme o atraparme, Forbidden Stars consigue interesarme precisamente por sus combates, que para mí son el alma de las partidas a este juego. Me divierto hasta mirando las batallas de los demás jugadores, aunque esto puede no ser así para otras personas y hacérseles aburridos los momentos en que no juegan de manera activa.

Comentar, por último, que la duración del juego es larga, algo que también puede ser un inconveniente para gente con menos tiempo o paciencia. Acabar una partida puede llevar de 4 a 6 horas, nada de las 3 que pone por ahí (¡a no ser que todos los participantes sean rapidísimos moviendo y planificando!). Se espera la versión en castellano en un futuro próximo a cargo de Edge Entertainment…

No hay comentarios:

Publicar un comentario