jueves, 2 de julio de 2015

Twin Tin Bots

Divertidísimo juego diseñado por el belga Phillippe Keyaerts y publicado por Flatlined Games en 2013 al que es fácil encontrarle similitudes tanto en temática como en mecánicas con los más veteranos RoboRally o Ricochet Robots. En Twin Tin Bots también tendremos que dirigir a algunos de estos artefactos mecánicos, concretamente para que recojan valiosos cristales y los depositen en sus respectivas bases. Cada jugador dispone exactamente de dos robots –de ahí el título– que se desplazan por un tablero hexagonal. Pueden jugar de 2 a 6 personas, utilizándose una cara u otra del tablero según la cantidad de participantes.

Disposición inicial para 3 jugadores

Dispondremos también de una consola de mando en la que programaremos las órdenes para nuestras trabajadoras máquinas. Estas órdenes vienen representadas por fichas con iconos, y cada robot puede tener puestas hasta tres a la vez, y en cada turno tendremos que reproducir la secuencia exacta de órdenes de cada robot. Las órdenes pueden ser avanzar 1 o 2 casillas, girar en un sentido o en otro, coger o dejar cristales o lanzar un rayo a otro robot para obligarle a efectuar una de las acciones básicas (las que acabamos de enumerar). La mayoría de estas órdenes pueden repetirse en un mismo turno (por ejemplo, girar dos veces en el mismo sentido).

Consola de mando con la programación (órdenes) de nuestros dos robots

¿Nuestra misión? Como hemos dicho, muy clara, pero no tan sencilla: recoger cuantos más cristales podamos del tablero y llevarlos a nuestra base para obtener la mayor puntuación al final del juego. Hay cristales de diferentes valores, y algunos aparecen ya desplegados al comienzo de la partida, mientras que otros se incorporan a medida que llevamos otros a las bases.

La interacción -fortuita o no- entre los robots puede dar lugar a
situaciones tan caóticas como divertidas
Ahora bien: el problema que vamos a tener es que sólo podemos cambiar la programación de uno de nuestros dos robots cada turno. Esto significa añadir nuevas órdenes (a casillas vacíos o sustituyendo a otras ya existentes), cambiar de posición órdenes de la consola o quitar una o todas las órdenes. Como excepción, comenzamos la partida con una orden en cada robot. Como es de imaginar, esto puede provocar más de una situación inesperada, especialmente cuando los robots de diferentes jugadores comiencen a acercarse los unos a los otros, ya que es perfectamente posible robar cristales a una figura oponente, moverla o cambiar de posición cristales al desplazarnos, además de la acción de disparar un rayo antes explicada.

El juego termina cuando un jugador alcanza determinada puntuación en cristales recogidos, o tres turnos después de que aparezca en el tablero el último cristal disponible.

Cada poco tiempo irán apareciendo nuevos cristales en el tablero
De aproximadamente una horita de duración, Twin Tin Bots es un juego muy atractivo por lo sencillo de sus reglas, sus graciosos protagonistas y, sobre todo, por lo divertido y humorístico que es. Además, es ideal para gente que no es habitual del hobby porque sus mecánicas resultan bastante fáciles de entender, casi de toda la vida. Hasta le veo un aire a videojuego retro. Y, para los que quieran hacerlo un poco más “complicado”, existe la posibilidad de añadir órdenes especiales con acciones mucho más drásticas (saltar por encima de una figura, disparar dos veces, girar 180º…) o llenar el tablero de obstáculos (teletransportes, rocas…) De los mejores fillers que he comprado en los últimos tiempos.

4 comentarios:

  1. No lo conocía. Gracias por la reseña. Lo apunto a mi lista.

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  2. Pues no parece despegar el jueguito. Ya he jugado un par de partidas y la gente, o se aburre o se desespera;-)
    El mayor problema que le veo es lo mucho que piensa la peña para el poco movimiento efectivo que realiza.
    Como no adapte las reglas, con el consiguiente riesgo de desnaturalizar la idea original del juego, poco me parece a mi que va a salir a la mesa...
    De todas maneras, muy buena reseña, muchas gracias.

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  3. Es un "chorrijuego" y hay que tomárselo como tal, creo yo. Para pasar un ratito y disfrutar con las figurillas de los robots. No se le puede pedir mucho más.... A mi me gusta especialmente cuando se enmaraña todo y los robots andan tropezando o quitándose minerales...

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