sábado, 6 de septiembre de 2014

Castles of Burgundy

Juego del alemán Stefan Feld publicado por Ravensburger/Alea en 2011 en edición trilingüe. Se trata de un eurogame en toda regla con ciertas similitudes con el posterior trabajo del diseñador Bora Bora (reseñado aquí) y, de hecho, con el de muchos otros juegos de esta modalidad. De nuevo tenemos un tablero-expositor que se coloca en el centro de la mesa y del cual los jugadores seleccionan de entre la oferta de losetas, y de nuevo cada participante tiene un tablero personal al que incorporará las losetas que vaya sacando de ese primer tablero común. Veámoslo todo con un poco más de detenimiento…

El marco argumental es esta vez el Valle del Loira en Francia, en el siglo XV. De 2 a 4 jugadores representan a señores feudales que intentan expandir sus dominios por medio de la ganadería, el comercio, la minería y otros medios. The Castles of Burgundy consta de 5 grandes fases, a su vez divididas cada una en 5 rondas en las cuales cada uno de los jugadores efectuará normalmente dos acciones, a veces alguna más. La duración de la partida es de unas 2 horas o más con todos sus jugadores.

Tablero central, del que iremos cogiendo losetas según nuestra tirada de dados

Fases, rondas y turnos
El ya adelantado tablero central alberga espacios para llevar la cuenta de fases y rondas, así como para siete zonas principales que constituirán en cada fase la oferta de losetas que los jugadores pueden agregar a su dominio, además de los correspondientes apartados para señalar el orden de jugadores, puntuación, etc. De las siete grandes zonas mencionadas, seis llevan una de cada una de las seis caras del dado dibujada junto a una casilla cuadrada para las mercancías y cuatro espacios para losetas hexagonales. En medio de todas estas hay una zona especial para 8 losetas “negras” que se adquieren de forma diferente a las demás. Al principio de cada fase, se reponen todas estas 32 losetas hexagonales, excepto las que son siempre iguales (barcos, minas y castillos), que se conservan. Al comienzo de cada ronda (recordemos, cinco por fase) se coloca una ficha de mercancía en la casilla que se corresponda con la tirada del dado blanco, tarea que efectúa el primer jugador (elegido al azar la primera vez). A continuación, todos los jugadores lanzan los dos dados de su color de que disponen: esas tiradas serán las que condicionarán y limitarán las acciones que podrán hacer y las losetas que podrán usar.

Previamente al comienzo del juego, cada participante habrá recibido su tablero de dominio: un gran espacio de forma hexagonal dividido a su vez en 37 pequeñas casillas de idéntica forma, identificadas por colores y caras de dado. Partimos con un castillo que colocamos en el centro de este dominio, así como con 3 mercancías al azar, 1 pepita de plata y un número variable de trabajadores en función de nuestro puesto en el orden de turno, que colocamos en las respectivas zonas correspondientes. En el tablero también encontramos información por medio de iconos sobre nuestras posibles acciones, habilidades de los edificios, y otros detalles.

Tablero de jugador al comienzo de la partida, con el castillo inicial de salida en el centro

Acciones de los jugadores
Tenemos 4 acciones posibles en nuestro turno: coger una loseta hexagonal del tablero principal y pasarla a la zona específica de nuestro tablero (¡nunca directamente a nuestro dominio!), coger una loseta esta zona al dominio (es decir, costaría dos acciones normalmente hacerse con una loseta y ponerla en el dominio), vender una de nuestras mercancías o contratar trabajadores. Para las tres primeras opciones, es pertinente el número de dado. Es decir: con un dado con un resultado de 3, sólo podremos optar a una de las losetas del grupo del tablero principal con el dado 3 dibujado. Para colocar una loseta del apartado de nuestro tablero que las alberga al dominio propiamente, necesitaremos tres requisitos: hacerlo adyacente a otra que ya tengamos (al principio sólo el castillo central), que coincida el dado que gastemos para esa acción con el de la casilla en la que coloquemos la loseta, y que también coincida el color. Por fortuna, esas fichas de trabajadores que ya hemos presentados nos permitirán cada una reducir o aumentar el resultado del dado en uno, pudiendo usarse varias de golpe y con la particularidad de que un dado con un 1 al que se le reste uno con un trabajador pasa a ser un 6 y viceversa.

Para vender una de nuestra mercancías, el dado usado también tendrá que coincidir con el de esa mercancía, y tendremos que vender todas las mercancías del mismo color (que se apilan en la misma casilla) de golpe, lo que nos da una sola pepita de plata y tantos puntos por mercancía vendida como jugadores participen en la partida. Para obtener dos trabajadores con una acción de un dado, éste puede tener cualquier resultado.

Las losetas hexagonales
Repondremos las losetas del tablero central en cada fase
Ni qué decir tiene que no todas las losetas que añadimos a nuestro dominio son iguales: cada una, dependiendo de su color, tiene unas habilidades específicas; así, las grises o de minas nos proporcionan una pepita al final de cada fase (no ronda), las de castillos o verdes oscuras nos dan una acción extra como si tuviésemos un dado comodín que podemos usar con cualquier valor; las verde claro son de animales, y proporcionan tantos puntos inmediatos como animales tengan dibujadas, más puntos extra por los demás animales de la misma especien que haya en la misma zona o pasto (losetas verde claro conectadas). Las azules o de barco nos permiten coger mercancías de una de las casillas del tablero principal (todas las que haya, si tenemos sitio, ya que sólo podemos guardar 3 colores diferentes), además de avanzar una casilla en el apartado de orden de juego. Las beige son las de edificio, y hay  8 diferentes, cada una con una característica exclusiva. Por último, las amarillas son de conocimientos, y proporcionan ventajas y modificadores ya sea durante la partida o al final de esta.

Respecto al apartado central del tablero, las losetas “negras” (tienen este color de fondo para distinguirse de las demás)  son una mezcla de las vistas anteriormente, sólo que para adquirirlas debemos pagar dos pepitas de plata, y a razón de no más de una compra por cada uno de nuestros turnos.

Mencionar que la colocación de losetas hexagonales en nuestro dominio proporciona suculentas recompensas en forma de puntos cuando terminamos una zona de un color (pueden tener de 1 a 8 hexágonos), en función de las casillas que tenía la zona y el turno de juego. Además, el primer y segundo jugadores que rellenan todas las zonas de un color en sus dominios reciben un premio extra.

Cada nueva ronda, se vuelve a colocar una mercancía en la casilla oportuna y los jugadores tiran de nuevo los dados y los usan siguiendo el orden de turno, y así hasta que acabe la fase, momento en el que se vuelve a reponer toda la oferta de mercancías y losetas hexagonales en el tablero principal.

Después de 5 fases, acaba la partida, resultando ganador, como siempre, el jugador con más puntos de todos. En estos momentos se pueden sumar también a la puntuación las fichas de trabajadores, pepitas y mercancías remanentes, así como los bonificadores que otorgan algunas losetas de conocimiento.

Nuestro dominio al final de la partida. En la versión avanzada se pueden utilizar
tableros con configuración (disposición de cada zona de color) diferente

¿Otro más?
Castles of Burgundy me parece un juego intachable, perfectamente concebido, con reglas claras y bien redactadas y estéticamente sencillo pero agradable. Sin embargo, sin embargo, no consigue emocionarme. Se me hace un tanto repetitivo; me recuerda a un buen montón de juegos que se le parecen mucho. Esto me hace plantearme si el eurogame no está actualmente en un dique seco de ideas y necesita renovarse con mecánicas y/o ambientaciones nuevas, o quizá sólo sea mi impresión, pero desde hace tiempo no consigo que ninguno de estos juegos me impacte o me sorprenda como en su momento lo hicieran títulos como Caylus, Puerto RicoAgricola o Dungeon Lords, por citar unos pocos de mis preferidos…

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