domingo, 27 de octubre de 2013

Noviembre Rojo

Juego en clave de humor en el que sus autores Bruno Faidutti y Jef Gontier nos proponen meternos en la piel de la disparatada tripulación de un submarino de gnomos con cierto aire soviético. Apareció por primera vez en 2008 y cuenta con una edición en castellano de Edge Entertainment.

La propuesta del juego es “sencilla”: los jugadores (de 1 a 8) deben de sobrevivir en su descacharrado sumergible hasta que puedan ser rescatados. Pero, mientras esperan esa ayuda, las habitaciones comienzan a inundarse de agua, partes de la nave se incendian, las compuertas se atascan, etc, etc. Los gnomos tendrán que ir como locos de un lado a otro del artefacto intentando reparar todas estas averías y evitar que su transporte se vaya a pique, explote, o hasta sea atrapado por el gigantesco y temible Kraken.


En cada turno, un jugador podrá mover y realizar cuantas acciones desee, pero todo ello conllevará tiempo, y el tiempo (que se mide en un contador de turnos que rodea el tablero) propicia que aparezcan nuevos desperfectos y calamidades en el submarino. Reparar cosas implicará normalmente una tirada de dado a la que se pueden sumar valiosas fichas de objetos que nos aportarán un bonificador. Los gnomos también pueden envalentonarse pegándole al vodka, pero esto hará que cada vez estén más borrachos y puedan quedar inconscientes, perdiendo tiempo e incluso arriesgándose a morir ahogados o abrasados.

Cada jugador, además de la figurita de su gnomo, tiene un peón en el contador de tiempo con el que cuenta sus acciones (tiempo gastado). Si este peón pasa por casillas con una estrella roja, deberá sacar una carta de Evento por cada una, siendo la gran mayoría perjuiciosas: el calor, la falta de oxígeno o la presión pueden llegar a cotas insostenibles y acabar de súbito la partida, por lo que los jugadores tendrán que coordinarse lo mejor posible para afrontar los múltiples retos del juego.

Un simpático “filler” de una hora aproximada de duración con atractivos componentes al que personalmente sólo le recriminaría unas instrucciones algo confusas y mal estructuradas que hacen que a menudo entremezcles algunos conceptos del juego. También se agradece que tenga cabida para tantos jugadores, aunque mi impresión es que, contra más participantes, más difícil es concluir el juego satisfactoriamente. Por lo menos te echas unas risas, eso sí.

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