lunes, 2 de abril de 2012

Runewars

Hace un par de años, la poderosa Fantasy Flight Games publicaba Runewars, un juego que se ambienta en el mundo de fantasía de Terrinoth creado por esta casa y en el que también transcurren otros títulos suyos como Runebound o Descent. El diseñador fue una vez más el habitual Corey Konieczka. Hasta 4 jugadores pueden ponerse al mando de otras tantas razas para luchar por la hegemonía del territorio que conforma el tablero, y que forma parte de esos reinos ficticios exclusivos de la marca estadounidense. Así, tenemos un bando compuesto por humanos, otro de elfos del bosque, uno de no-muertos, y un último de criaturas caóticas y monstruosas.

Presentado en formato de caja grande, los componentes del juego incluyen una enorme cantidad de material con la habitual calidad de FFG: dos centenares de figuras de plástico, casi cien fichas de cartón de varios tipos y otros dos centenares de cartas, además de varias piezas de diferentes formas con las que se crea el tablero, que varía de una partida a otra.

El tablero se compone con piezas de diferentes formas y cambia de una partida a otra.

Estaciones, órdenes y movimiento
La partida propiamente se estructura en estaciones (turnos), comenzando cada una de ellas con un evento aleatorio y con uno que es siempre fijo. A continuación, los jugadores pueden elegir una de sus ocho posibles cartas de orden que no hayan usado todavía. Éstas les permitirán hacer toda una variedad de acciones como son mover, atacar, recolectar recursos, reclutar tropas, construir o mejorar fortalezas, etc, etc. Además, estas cartas están numeradas del 1 al 8 y, si la carta que se juega es la más alta del año, permitirá otra acción adicional. Tras la cuarta estación (invierno), los jugadores recuperan todas las cartas usadas ese año.

El movimiento en sí se realiza a lo largo de grandes hexágonos. Cada uno de ellos aporta una serie de recursos básicos (comida, madera y metal) y también puede contener ciudades y criaturas neutrales. Cuando un bando se encuentra con estas últimas, puede intentar establecer relaciones diplomáticas para que se alíen con él, o puede intentar combatirlas directamente. Esta última es también la única opción cuando las figuras de dos jugadores se topan en una misma casilla.

Combate, diales y héroes
Cada jugador tiene una tarjeta para señalar sus recursos y con la
descripción de sus diferentes tipos de unidades.
El combate se resuelve con cartas, algo bastante habitual en muchos juegos de FFG. Se divide en cinco posibles asaltos y en cada uno de ellos puede actuar un tipo de criatura según su iniciativa. Por cada una de estas que combate, el jugador coge una “Carta de destino” y examina el resultado basándose en la forma de la peana de su criatura. Podrá infligir daño al oponente, hacer que se desbande, utilizar una habilidad especial o, simplemente, fallar el ataque. Cuando todas las criaturas de los ejércitos oponentes han tenido oportunidad de luchar (si no han muerto antes) se hace un recuento del total de éstas de cada uno (más posibles fortalezas) y el que tiene el mayor número gana el control de esa zona, teniendo el otro que retirarse con sus posibles figuras supervivientes. Es una forma de combate bastante entretenida y ágil, ya que los jugadores disponen de una tarjeta en la que se listan todos sus tipos de criatura –que coloca en ella– según iniciativa, así como las vidas y habilidades de éstas. En esta tarjeta se encuentran también tres diales en los que se reflejan en todo momento los recursos del jugador, que también indican las posibles tropas y opciones que puede obtener con las órdenes pertinentes.

Además de poder mover y gestionar su ejército, cada jugador dispone también de héroes, figuras independientes que se mueven por el mapa e intentan conseguir tesoros y objetos especiales. Los héroes no se ven interceptados por las tropas normales, aunque pueden combatir entre ellos.

Dos detalles de la partida. En la fotog. izq., los no muertos (morados) han conseguido que los gigantes (en un principio neutrales, como todas  las figuras claras), se alíen con ellos. Las figuras azules (humanos) han conquistado una ciudad (pieza hexagonal). En la foto der. vemos a  los elfos junto a una de sus fortalezas (ficha redonda con un "5"). Peligrosamente cerca están los Uthuk (rojos). Las pequeñas fichas con un "?" señalan la posible presencia de una piedra rúnica, principal objetivo del juego. Las figuras grises son héroes, las tumbadas están "desbandadas".

Objetivo
El objetivo del juego gira en torno a las runas que le dan título, el primer jugador en obtener seis de ellas, o aquel que tenga más al cabo de 24 turnos/6 años ganará la partida. Todos los jugadores parten con una de de estas piedras rúnicas, y pueden conseguir más cumpliendo su objetivo secreto, por medio de las búsquedas de los héroes o, simplemente, capturándoselas a los oponentes. Están representadas por unas pequeñas fichas, de las cuales puede haber una por zona/hexágono. Estas fichas se ponen bocabajo, y los jugadores también disponen de algunas de ellas que son falsas, para confundir al enemigo.

En resumen…
Como en casi todos los juegos de FFG, montones de cartas: de orden, de
héroe, de búsqueda, de táctica, de objetivo, de recompensa...
Para concluir con la habitual valoración del juego, decir que personalmente le encuentro mucho encanto porque me recuerda a títulos añejos como el Mighty Empires de Games Workshop, las partidas son bastante largas (unas cuatro horas) y, además de lo vistoso y colorido de sus componentes, ofrece un montón de opciones que, junto a la aleatoriedad de la creación del tablero en cada partida, hacen que no sea repetitivo. Sería interesante la posibilidad de que admitiera un par de jugadores más, aunque entiendo que eso lo haría más extenso temporal y físicamente que lo que son los estándares de hoy en día.

El pasado 2011 aparecía en EE.UU. la inevitable primera expansión para Runewars, titulada Banners of War, y cuya versión en castellano debería aparece aquí en breve, nuevamente de la infalible Edge Entertainment, que ya publicó en nuestro país el juego base. Parece interesante y estaré al tanto de su aparición…

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