lunes, 5 de marzo de 2012

Castle Panic

En el año 2009, en pleno auge de los juegos colaborativos, la pequeña compañía estadounidense Fireside Games irrumpe en el panorama internacional del hobby con otra variante de esta modalidad: Castle Panic. Lo firman, tanto en su diseño y desarrollo como en el apartado gráfico, el matrimonio compuesto por Justin y Ann-Marie De Witt.

Idea y tablero
El pretexto argumental para que se reúnan hasta seis participantes es esta vez el de la defensa de un castillo fantástico-medieval  que es acosado por toda una serie de criaturas malignas: interminables huestes de orcos, goblins y trolls a los que los jugadores deberán hacer frente, intentando que estos temibles ejércitos no destruyan la fortaleza.

El sencillo tablero nos presenta una zona circular que, a modo de diana, está dividida en sectores, anillos y espacios que regulan tanto el movimiento de los atacantes como las acciones de los asediados y otros efectos. En el centro se encuentra el castillo, compuesto por seis piezas de muralla y otras tantas de torres. Si los defensores consiguen mantener en pie al menos una torre hasta el final del juego (cuando hayan aparecido las 49 fichas de Monstruo y sido eliminadas todas las criaturas del tablero), habrán ganado.

Despliegue inicial

Las Cartas de Castillo
Para acometer esta titánica labor, los jugadores –que no tienen ningún peón o ficha en el tablero que los represente, como pudiera ocurrir en otros juegos– cuentan con las Cartas de Castillo. Comienzan con una mano prefijada en función de los participantes, y en el turno de cada uno de ellos podrán reponer cartas e intercambiar tanto con el mazo como con otros jugadores, lo que proporciona una cierta flexibilidad y variedad de opciones. El principal tipo de estas cartas es el de soldado, existiendo tres variantes básicas: arquero, caballero y espadachín/infante. Cada uno de ellos puede atacar a uno de los anillos concéntricos que rodean al castillo: respectivamente, el más alejado, el intermedio y el adyacente. Además, los soldados tienen un color, que será el del sector al que podrán atacar. Los jugadores deberán gestionar entre ellos con habilidad y perspectiva estas cartas para intentar evitar que los enemigos se acerquen. Por fortuna, hay también otros tipos de cartas como los Héroes o el Bárbaro, con efectos más amplios y devastadores. Otras cartas también permiten reforzar las murallas e incluso reconstruirlas.

La carta del caballero rojo permite atacar a la zona de este color en la que
pone "KNIGHT", en este caso, al Mage Troll, que ya ha sufrido una herida
Cuando el jugador en turno ha usado todas las cartas que quería o podía, llega el momento de que los monstruos muevan: básicamente, todos los que hay en el tablero avanzan un espacio hacia el centro, el castillo. El movimiento de los invasores en la modalidad básica se rige por unas sencillas pautas y no es decidido por ningún jugador, ya que, como es habitual en este tipo de juegos, los participantes colaboran entre ellos en un solo bando. Después de haber movido todos los monstruos, se sacan dos nuevas fichas de la reserva. No todas son criaturas, pues encontramos otras que modifican el movimiento normal de éstas, obligan a sacar fichas extra o incluso representan terroríficas piedras rodantes que vienen a estamparse contra el castillo. Hay también cuatro “jefes” especiales con habilidades únicas.

Las fichas de monstruo
Los muros y torres del castillo han empezado a caer;
el enemigo se aproxima peligrosamente...
Las fichas de monstruo están representadas por piezas de cartón en forma de púa de guitarra o punta de flecha. Los monstruos tienen un número de vida impreso en los vértices de éstas que puede verse reducido por el daño sufrido por los ataques de los jugadores. Esta modificación se refleja en el tablero rotando la ficha de manera que la punta con la vida restante actual señale hacia el centro del tablero. Una vez un monstruo recibe los suficientes ataques, es eliminado de la partida. Por el contrario, si uno de estos seres alcanza durante su movimiento una muralla, la destruirá –aunque también perderá un punto de vida en la acción–. Si una muralla ya ha sido destruida, la criatura cargará contra la torre que había detrás. Una vez los “malos” estén dentro del castillo, la situación de los jugadores será muy apurada, ya que muy pocas cartas pueden usarse para atacar dentro de él.

Ejemplos de Cartas de Castillo

Curva de aprendizaje, variantes y valoración
Tras una serie de partidas, y superada la famosa “curva de aprendizaje”, nos dimos cuenta de que dominábamos el juego: conocidas las posibilidades y variables que podían ofrecer las fichas de monstruos, y con la flexibilidad que nos ofrecía la opción de intercambiar cartas entre nosotros, llegó un momento en que siempre le ganábamos a “la máquina”, aunque a veces fuera in extremis. Esto nos decepcionó en un principio, pero, por fortuna, el reglamento de Castle Panic ofrece una variante llamada “Overlord” en la que un jugador puede liderar las huestes de pieles verdes. Aunque no tiene absoluta libertad para ello y debe regirse por unas normas, esto hace mucho más emocionantes las partidas una vez conoces el juego, aunque, por el contrario, tiene la pega de que ahora se hace muy difícil vencer a los monstruos, y es rara la vez en la que no gana el bando del Mal. No hay que desesperar: las reglas todavía nos proporcionan una serie de propuestas con las que equilibrar las partidas a favor de uno u otro bando, así que es bastante probable que casi todo el mundo encuentra alguna variante que se adapte a su gusto y a su nivel.

Aunque la presentación es quizá demasiado básica y simple y las mecánicas no especialmente originales, la ambientación y la simpatía de este juego lo hacen muy  recomendable para grupos de bastante jugadores que quieran pasar un rato divertido sin complicarse con un reglamento denso. Es, además, lo suficientemente sencillo como para que pueda integrarse en él a gente más joven, lo que lo hace ideal hasta para ser disfrutado entre padres e hijos –incluso tiene un aire a family game–. Ah: y también puede jugarse en solitario, claro.

Acaba de aparecer su primera expansión, The Wizard’s Tower, que ya he adquirido y que reseñaré en breve.

Ejemplos de Fichas de Monstruo

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